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Revisión sistemática sobre el efecto de la Actividad Física sobre niños con asma.

Introducción.


El asma es una enfermedad respiratoria común, siendo una de las enfermedades crónicas principales en niños, teniendo un gran impacto sobre la vida cotidiana, ya que es una de las causas más frecuentes de absentismo escolar e inclusión en hospitales.


El ejercicio puede llegar a ser un verdadero reto para los infantes con esta patología, ya que el ejercicio puede inducir a los broncoespasmos y la bronco constricción. Esto provoca temor sobre los padres del niño y sobre ellos mismos, inhibiéndolos de participar en actividades físicas con sus compañeros. Esto solo no va a hacer que los niños con asma tengan un menor condición cardiovascular y calidad, si no que puede producir aislación social, separándose del grupo en este tipo de actividades, y un bienestar bajo.


Sin embargo en ejercicio es un buen tratamiento para el asma y ampliamente recomendado, mejorando la condición física, la coordinación y la confianza en uno mismo. Sin embargo, los cambios en la función pulmonar son menos convincentes.


Esta revisión busca presentar y resumir la evidencia científica del efecto del entrenamiento sobre la función pulmonar, la calidad de vida y la condición física en niños con asma.


Metodología.


Estrategia de búsqueda: Se buscó en las bases de datos más importantes como Medline o Embase, entre otras, estudios con un control aleatorio a través de palabras como asma, broncoespasmos y asma bronquial junto con ejercicio o actividad física, terapia física, entrenamiento de fuerza o condición física.


Se buscaron artículos con niños de una edad desde 6 a 18 años con asma, con un procedimiento en que los grupos de designaran aleatoriamente, una intervención de al menos 4 semanas con un grupo de control que no realizaba ningún tipo de ejercicio, manteniendo su vida habitual.


Resultados.


De los 5307 artículos encontrados en la primera búsqueda, solo 35 pasaron la primera evaluación. De estos 35 artículos, solo 16 cumplieron los criterios de inclusión.


Los 16 artículos finales, la duración de la intervención fue de 6 a 12 semanas con una frecuencia de entrenamiento de entre 2 a 6 sesiones por semana, siendo la mayoría entre 2 y 3 sesiones. La duración de las sesiones duraba entre 15 y 90 minutos, con ejercicios de tipo aeróbico, anaeróbico, ejercicios de fuerza o actividades deportivas como la natación.


Los resultados más importantes de los estudios se pueden dividir en:

-Función pulmonar: Medida mediante la capacidad vital forzada (FVC) y el volumen máximo espiratorio en un segundo de forma porcentual (FEV1%). Todos los estudios mostraron que no hubo cambios significativos en ninguna de estas dos variables tras la intervención, excepto uno de ellos que sí que encontró diferencias.

-Capacidad aeróbica: Medido a través del consumo máximo de oxígeno (VO2 máx.) a través de cicloergómetro (bicicleta estática) o tapiz rodante. Dentro de los artículos, 8 de ellos encontraron mejoras significativas.

-Calidad de vida: Medidos a través del cuestionario de calidad de vida de asma pediátrica (PAQLQ), en el cual todos los estudios encontraron mejoras significativas.


Discusión.


El resultado general de la review muestra que el ejercicio físico aumenta la capacidad aeróbica de los niños con asma, sin influir sobre la función pulmonar. Aunque parece que el ejercicio puede mejorar la calidad de vida, hay muy pocos estudios hechos de la forma correcta para poder afirmar esta hipótesis.


Aunque los resultados de este estudio muestra implicaciones prácticas interesantes, existen muchas limitaciones metodológicas en la literatura como la limitación de la muestra en número, el poco interés por parte de muchos artículos en hacer un análisis completo de la intervención, la duración corta de los estudios, impidiendo ver los efectos a largo plazo y la poca cantidad de estudios randomizados que específicamente se centraran en la calidad de vida de los pacientes.


Ningún método “receta” se ha podido extraer, ya que todos los estudios que cumplieran los criterios fueron incluidos, sin importar la modalidad, frecuencia o duración del estímulo, por lo que es imposible comparar los efectos de los programas y anticipar cuál de ellos podría ser el más efectivo.


Conclusión.


La actividad física produce un aumento de la condición física de los niños con asma, así como otras variables saludables. Los estudios sugieren que también puede mejorar la calidad de vida de los niños, aunque es necesario más investigación para confirmarlo. No se encontraron efectos adversos sobre la función pulmonar, por lo que el ejercicio físico parece ser seguro para los pacientes.


Bibliografía.


Crosbie, A. (2012). The effect of physical training in children with asthma on pulmonary function, aerobic capacity and health-related quality of life: a systematic review of randomized control trials. Pediatric Exercise Science, 24(3), 472-489.


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